Buenos días. Tras un partido como los de ayer, cualquier
palabra que humildemente desde este blog pueda escribir, no va a poder reflejar
lo visto ayer en la ciudad deportiva Facsa.
Fuimos, esta vez sí, convencidos que el futbol nos debía algo.
De que somos muy buenos. De que cuando se pone lo que vosotros pusisteis ayer
en el campo, no hay ningún equipo que nos pase por encima, aunque sean más
mayores, más altos, más fuertes.
La tensión era máxima en cada uno de vosotros; vuestras
caras reflejaban esa ambición innata por vencer que solo los ganadores poseen, esa
hambre de victoria que los grandes equipos atesoran.
Empezó a rodar la pelota. Delante un equipo, el Castellón,
que solo había cedido dos puntos en lo que llevábamos de liga. Más altos, más
fuertes, con más experiencia debido a ese añito de diferencia entre ellos y
nosotros. David contra Goliat.
Quisisteis cambiar el rumbo de este grupo tan complicado en
el que estamos encuadrados, y así tras una combinación de tiralíneas, llegamos
a adelantarnos en el marcador 0-1. Golazo de Carlitos Nadal.
Seguimos peleando, sin dudar un instante que éramos capaces
de la proeza. En varias ocasiones
gozamos de la posibilidad de irnos en el marcador, pero la diosa fortuna se alió
con el equipo contrario.
El Castellón, herido en su orgullo, se estiró, nos apretó de
verdad, y en un abrir y cerrar de ojos, y no faltos de suerte, se adelantaron
en el marcador 2-1.
Pese al mazazo recibido, sabíais que era vuestro día, seguisteis
peleando, tocando en corto, fieles a un estilo que lleváis escrito a
fuego. Volvimos a por nuestros fueros, y acorralamos al Líder
del grupo, no los dejabamos pensar.
Pero cuando más cerca estuvimos del empate, y de nuevo en dos jugadas
llenas de fortuna por las circunstancias en las que se dieron, nos golpearon de
nuevo con dos goles, 4-1.
La diferencia parecía insalvable.
Descanso merecido y cuórum
alrededor del míster para recibir instrucciones. LA REMONTADA ERA POSIBLE.
Con las mismas caras de “killers”, dolidos por lo injusto
del resultado, saltasteis al terreno de juego.
La intensidad se palpaba en el ambiente. Adelantamos líneas y metimos de
nuevo al Castellón en su área. De nuevo Carlitos Nadal en el minuto 2, recorta
distancias. En el minuto 6, Rafa Ríos coge la responsabilidad en una falta
cerca del área del Castellón, y lleva el 4-3 al marcador. La pelota parecía no
querer entrar y el momento en el que traspasaba la línea de gol se eternizó,
parecía entrar a cámara lenta, y por un momento creíamos que no llegaría a sobrepasar
la línea de cal, pero SÍ, como diría John McEnroe allá por los años 80, LA BOLA ENTRÓ. 4-3. GOLAZOOOOOOOOOOOO!!!!!!!
Se cambiaron las tornas, el cuento tenía otro guión, el cordero quería comerse al
lobo, Minuto 12 de la segunda parte. Llegó el éxtasis al campo, a las gradas,
4-4. Habíamos hecho lo más difícil.
El equipo rival, superado en juego, en ganas, incluso en fuerza por
nuestros chicos, dio muestras de su vulnerabilidad, repartiendo alguna que otra patada fuera de lugar, pero como tiburón que huele la
sangre, nuestros chicos se volcaron sobre la portería rival en busca de la victoria. No sentían el dolor de los golpes, y se levantaban enrrabietados para seguir luchando.
En varias ocasiones tuvimos el gol, o los goles que nos podrían dar la deseada,
buscada y trabajada victoria, pero de nuevo la dichosa diosa fortuna se alió
con Los Orelluts, despejando en varias
ocasiones balones que incomprensiblemente no se querían alojar en las mallas de
la portería rival. El resto, todos estuvimos
allí, todos vimos lo que sucedió, fuimos testigos presenciales de la injusticia
que en este deporte y en demasiadas ocasiones otorga la victoria a quien no la
merece.
En dos minutos, y al borde del final del encuentro 6-4.
Quedaban 60 segundos, y lejos de dar el partido por
terminado, sacasteis la raza que tenéis dentro, el futbol que lleváis todos en
esas pequeñas botas, y recortasteis la distancia a 6-5.
30 segundos del final, y Goliat no sabía que hacer con la
pelota, temeroso de que les pudiésemos empatar, pero no hubo tiempo para más.
Acabó el partido, y pese al resultado, sobre el campo había
unos chavales vestidos de rojo, con una cara de satisfacción como no había visto
en mucho tiempo, saludamos al equipo contrario en el centro del campo.
Desde fuera, y viendo en ese momento las caras de los
componentes de ambos equipo, cualquier persona que legase en ese momento a la
ciudad deportiva del Castellón hubiese creído que erais vosotros quienes habíais
ganado el encuentro. Sonrisas de rojo, y caras de nerviosismo en los Albi-negros.
Sabíamos que habíamos sido mejores, y ellos también.
Como rezaba la presentación publicada anteriormente,
volvimos a Burriana llenos de orgullo por el trabajo bien hecho. Tambien las risas y bromas entre los integrantes del equipo, Ferran y carlos Monfort justo antes de tomar el camino a la ducha, eran reflejo de que habiamos hecho un PARTIDAZO CON MAYÚSCULAS.
SE
ME OLVIDABA COMENTAR QUE TAMBIÉN LOS PADRES DE LOS CHICOS DEL CD CASTELLÓN,
SUPIERON AGRADECER EL ESFUERZO Y ENTREGA DE AMBOS EQUIPOS, EN UNA CERRADA
OVACIÓN AL FINAL DEL ENCUENTRO, Y CON MÚLTIPLES COMENTARIOS DE ELOGIO HACIA
NUESTROS CHICOS.
MUCHAS GRACIAS A TODOS POR EL PARTIDAZO CON EL QUE NOS OBSEQUIASTEIS.
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